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#ELLASDECIDEN Marcela Rauzi: "En ADIMRA Joven buscamos un cambio de paradigma"

#ELLASDECIDEN Marcela Rauzi: "En ADIMRA Joven buscamos un cambio de paradigma"

#EllasDeciden: Mujeres líderes de la industria metalúrgica argentina En este ciclo, invitamos a conocer a las mujeres jóvenes que lideran la nueva generación de industriales, para reconocer y visibilizar, por un lado, el rol, los logros y la labor de las mujeres en la industria y por el otro, la importancia de la gremial empresaria representada en ADIMRA Joven para su trayectoria.

Marcela Rauzi – 40 años

Berazategui – Buenos Aires - Argentina

Magister en Dirección Estratégica de Empresas (ITBA) Ingeniera Industrial (UADE) Lic. en Kinesiología (UAI)

Gerencia de Producción en Recomar Equipos para la Construcción S.A.

Presidenta de ADIMRA Joven

 

La empresa

Mi abuelo llegó de Italia en 1922, aproximadamente, huyendo de una Europa convulsionada, como muchos de nuestros abuelos. Llegó en barco a Buenos Aires y se instaló en Lanús, donde nací yo, y luego se abrió nuestra primera fábrica. Él trabajaba para una metalúrgica en Italia. Mi abuelo fue un genio, un autodidacta, y una persona que inspiraba confianza. Por eso, cuando se vino para acá, su jefe y sus colegas le confiaron planos e ideas para que pueda arrancar y hacer su vida profesional acá. Gracias a ese gesto, él trajo la idea de un molde para fabricar caños de hormigón, que luego patentó y en 1945 se convirtió en la primera máquina automática que hubo para ese producto en el país. A mí me gusta pensar en la historia como una cadena de favores. Hacés algo bueno, que ayuda a otra persona, y eso puede seguir así hasta que cada uno de nosotros le cambie favorablemente la vida a otro. 

Mi abuelo tuvo tres hijos, y uno es mi papá. Ellos mantuvieron la idea de tener una empresa industrial, de fabricación de bienes, en una Argentina tan cambiante. A partir de los 70 hicieron equipos para la construcción pesada de caminos, y también tomaron licencias extranjeras y trajeron máquinas y accesorios para la construcción.

Los 80 y 90 fueron momentos de achicarse y aguantar, más que de crecer. En el 2000, gracias a la visión de mi viejo, la crisis económica nos trajo una oportunidad de comprar un lote en un parque industrial. Así, volvimos a arrancar, iluminados por la mentalidad de mi nono, recuperando su esencia. Las crisis traen oportunidades. Así se inició Recomar.

La historia de nuestra PyME, como la de miles en Argentina, es que acá cada día es un milagro. Las fábricas se bancan 10, 20 y 30 años funcionando con políticas industriales que no se mantienen por más de 4… entonces, estás constantemente aprendiendo y modificando las velas en la dirección que marca el viento en vez de poder trazar un plan de “navegación” duradero en el tiempo. Ojalá en las políticas industriales se pueda empezar a tener mentalidad de largo plazo.

Su trayectoria

Desde chica jugué al tenis, así que de adolescente trabajé de profesora de tenis. Comencé a estudiar kinesiología. En el 2000, cuando tenía 19 años, abrimos la fábrica del parque industrial y empecé a ayudar ahí. Al no tener conocimiento técnico real, más allá de la pasión de haber nacido entre máquinas y hierros, le puse ganas en lo que aparecía de administración. 

Cuando abrimos la fábrica, éramos 4, y todos hacíamos todo. En Producción cortaban, armaban, soldaban, pintaban y cargaban siempre las mismas 2 personas, y la administración llevaba adelante las compras, ventas y recursos humanos, como nos pasa a todas las PyMEs que empiezan.

Mi formación dentro de la fábrica arrancó limpiando, atendiendo y haciendo trámites. Bien de empresa familiar, mi vieja siempre me inculcó el “tenés que saber hacer lo que vas a querer delegar”. Actualmente, mi rol está en la gerencial general, en la parte operativa y de producción.

Tenemos una fábrica productora de bienes en Brasil desde 2003, y una sucursal productiva de moldes y matrices en Estados Unidos desde 2007. Cada una tiene sus particularidades. El aprendizaje que tenemos acá, de fluctuación, de aprender a mover el timón cuando en el horizonte aparecen tormentas, es una fortaleza que sólo te da tener una PyME en Argentina.

Particularmente, en Argentina, siento que el rol del líder industrial PyME es gestionar las emociones y la incertidumbre que tenemos todos. El 90% de los problemas que tenemos acá son emocionales: miedo, no saber qué se viene, crisis cíclicas... Creo que es fundamental entender que los industriales gestionamos la emoción de todo lo que nos rodea, las personas que trabajan con nosotros, los clientes, los proveedores, las familias... Quizás hay que capacitarnos más en el manejo de sentimientos, recursos y emociones.

Dentro de todos los vaivenes de Argentina, nunca pensé en vender todo y dedicarme a otra cosa. Nuestra familia fue siempre industrial. Entonces, el propósito siempre es producir, más y mejor, y dar trabajo.

Sobre mi formación en ingeniería... Yo no vengo de una escuela técnica, y de los 18 a los 23 estudié kinesiología. Entonces, entré a Ingeniería con 24 años. Ya era complejo estudiar matemática sin venir de esa formación, y además había que abrirse camino en un lugar lleno de prejuicios para las mujeres. Ser mujer en un ambiente no muy amable... fue todo un desafío.

Hoy, trato de ayudar a derribar estereotipos dentro de mi rol. Cuando me llaman por teléfono para preguntarme por las máquinas que fabricamos, que llevan mi apellido, y me piden que les pase con “el técnico que sabe de máquinas” o me tratan como si no tuviera idea... trabajo mucho en demostrar desde el conocimiento y el profesionalismo que el género no define tu rol, o lo que hacés y sabés de tu trabajo.

Me ayudó mucho tener mentores, amigos y familia para manejar algunas frustraciones respecto de mi formación y de mi trabajo. Tener contención y afecto es esencial. Por eso, hay que generar una red de apoyo para uno mismo y ser red de apoyo para otros.

Su visión y trabajo junto a ADIMRA Joven

Pensando en esta red de contactos y apoyo, entré a ADIMRA Joven buscando eso. Industriales metalúrgicos que tengan mis inquietudes, y las hayan resuelto de formas que quizás yo no conozca. Además, me sentía un poco sola en algunas cosas... dificultades de producción, de empresas familiares, de contexto. La gremial industrial te permite ingresar en un ecosistema de gente que tiene los mismos problemas que vos. Así, podemos trabajar uniéndonos y teniendo plena conciencia de que si le va bien a uno, nos va bien a todos.

Fue importante rodearme de colegas con inquietudes similares y pensamientos distintos, para así poder ver las cosas desde todas las ópticas posibles y tener capacidad de discernir y sacar lo mejor de cada idea. En ADIMRA conocés a muchos líderes de industrias metalúrgicas de todo tipo. Podés tomar experiencias de personas que ponen en práctica lo que dicen, y que pasaron sus procesos con aciertos y errores.

Desde ADIMRA Joven se llevan a cabo acciones relacionadas a lo que queremos ver en el futuro inmediato. Por ejemplo, capacitamos en educación para el trabajo con el proyecto de Fábricas a Puertas Abiertas, para fomentar que los alumnos de escuelas técnicas conozcan fábricas cercanas a sus colegios y se motiven a estudiar carreras relacionadas a la industria. Muchos chicos ven por YouTube videos de procesos productivos extranjeros que les parecen increíbles, y quizás a 10 cuadras de su casa hay una fábrica que hace lo mismo con mano de obra argentina.

Durante la pandemia, hicimos este programa de forma virtual vinculando a empresas y colegios, con la posibilidad de invitar a otras localidades. En una muestra de una fábrica de Chivilcoy, se conectaron dos chicas de Berazategui que eran técnicas electromecánicas. Comentaron que les encantaría laburar en una fábrica así, y hoy son parte del equipo técnico de Recomar. Antes de ingresar acá, ellas realizaban tareas de cuidado y limpieza en casas de amigos, teniendo formación de técnicas electromecánicas, porque laburar en una fábrica no parecía cosa de mujeres… y esto fue el año pasado. Unir las ganas de progresar con el mundo industrial es fundamental para ADIMRA Joven. Además, trabajamos con el programa de Becas para estudiar Ingeniería, y el Concurso 4.0 para PyMEs y Emprendedores.

En ADIMRA Joven buscamos un cambio de paradigma. Tenemos un montón de mujeres jóvenes liderando fabricas metalúrgicas o procesos productivos. También vemos el ejemplo de otras mujeres industriales, que llevan adelante cámaras o son parte del Comité de Presidencia de ADIMRA, como Nora Reznik, Isabel Martínez o Cecilia Tineo. Una mujer puede presidir una cámara industrial, o trabajar en cualquier cosa que se desee o proponga. El límite es el propósito, no el género.

Este cambio de paradigma es también lo que buscamos con la formación de nuestra Escuela de Liderazgo Industrial. Queremos incentivar y formar a los futuros dirigentes en el valor de debatir y pensar distinto, para participar de la mesa de discusión de la política industrial con fundamentos y recursos. Y que lo importante no sea el género de la persona que se sienta en la mesa, sino tener en los próximos años más y mejor trabajo e industria argentina.

Fotos

Adolfo Alsina 1609

0810 345 9060